jueves, 8 de abril de 2010

DIA INTERNACIONAL DEL PUEBLO GITANO

Se denominan gitanos a una comunidad o etnia con un origen y características similares y con ciertos rasgos culturales comunes (si bien con enormes diferencias entre sus subgrupos), presente en casi todos los Estados europeo.
En España, por mandato constitucional, no se permite formalmente la discriminación por raza o etnia, por lo que en los censos locales no existe ninguna referencia a los gitanos como tales, lo que impide tener constancia del número exacto de gitanos a través de esa fuente de información. Tradicionalmente se han agrupado importantes comunidades de gitanos en España. Por comunidades autónomas, Andalucía cuenta con la mayor población de gitanos con cerca de 300.000, alrededor de un 5% del total de la población de la comunidad. Su relevancia allí es tal que en octubre de 1996, el Parlamento de Andalucía declaró el 22 de noviembre Día de los Gitanos de Andalucía. Ese día se conmemora su llegada en 1462 a Andalucía.
El término «gitano» es mayoritario en España y se recogen significados positivos, aunque también connotaciones peyorativas. La discriminación legal hacia los gitanos terminó hace tiempo, aun que la discriminación real perdura hasta la actualidad.
La difícil inclusión social del pueblo gitano en España continúa siendo un problema endémico. Desde el inicio de la democracia española en 1978, los sucesivos gobiernos democráticos han venido adoptando diversas medidas integradoras con mayor o menor éxito, especialmente en las áreas de servicios sociales y de bienestar, intentando especialmente fomentar su integración y superar los problemas derivados de la pobreza y discriminación.
La mentalidad gitana ha cambiado. El empeño de las nuevas generaciones es conseguir una total integración social, y, por ese mismo motivo, valoran más que nunca la formación, el trabajo y el acceso a una vivienda digna. “Hace tiempo que los gitanos dejaron las chabolas y la venta ambulante. Las nuevas generaciones queremos estabilidad, formarnos, tener un trabajo, una profesión como cualquier otro ciudadano”.
José Manuel Fresno, director gerente de la Fundación Secretariado General Gitano nos explica:
“La realidad es que la mentalidad ha cambiado y ya son pocos los jóvenes gitanos que no estudian o trabajan. El cambio es generacional. La mentalidad, la actitud, la visión de la vida de los gitanos jóvenes es muy distinta a la de sus mayores. Muchos desean ser ciudadanos plenos, ejercer sus derechos, pero también cumplir con sus obligaciones. Aspiran a trabajar y a tener una vivienda digna”.

Desde EDIGEN apostamos por la edificación de una nueva generación de la comunidad gitana.


Genara Cortés es amiga de Edigen.